Vivimos en un mundo que avanza a pasos agigantados, que evoluciona de manera constante, pues los formidables progresos en los dominios de la ciencia y la tecnología, acompañados por una enorme explosión de la información, llevan a trascender a la humanidad de manera vertiginosa. Pues la digitalización y la automatización de nuestro entorno, han provocado una penetrante revolución, caracterizada especialmente por la aparición de mecanismos, dispositivos digitales y la expansión de las redes telemáticas, los cuales buscan facilitar en el ser humano, algunas formas de vida a través de su manipulación permanente, lo cual está influenciando enormemente las culturas actuales. Tal es el efecto que han generado dichos progresos, que se está logrando el surgimiento de una nueva configuración del saber alrededor de nuevas y atractivas disciplinas, tales como: la genética, la informática o las ciencias de la comunicación y de la información, debido a sus acelerados avances. Por lo tanto, si dicha revolución tecnológica está invadiendo nuestro entorno, se genera una gran necesidad en el sistema escolar, puesto que la educacion no debe estar al margen de las nuevas tecnologías, sino que es preciso acomodar la revolución tecnológica a los sistemas escolares, es decir, que deben ir a la par; lo cual genera el replanteamiento de la tarea de docente, la cual necesita integrarse a dicha corriente evolutiva de avances tecnológicos y estar en competencia para las distintas exigencias que el mundo actual exige. De esta manera la aplicación de procesos en las distintas áreas del conocimiento se podrá llevar a cabo con la integración de la tecnología en sus aulas de clase; por lo tanto, las escuelas que deseen afrontar con éxito los cambios necesarios innovadores, deben suponer que deben adecuarse a la sociedad de la información.
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